Se ha hallado que la alopecia androgénica masculina (MAGA) en jóvenes parece tener un fenotipo equivalente al de la mujer con síndrome de ovario poliquístico (SOP) con un riesgo mayor implícito de desarrollar obesidad, síndrome metabólico, enfermedad cardiovascular e infertilidad. Estos pacientes tienen también su perfil lipídico alterado lo que explicaría la asociación de MAGA con enfermedad cardiovascular. Presentan cálculos renales con mayor frecuencia, así como niveles más bajos de vitamina D y más altos de leptina en plasma. Tienen más probabilidad de desarrollar melanoma y cáncer de piel espinocelular y basocelular. Los avances diagnósticos se basan en la identificación de nuevas rutas moleculares que puedan servir como dianas terapéuticas.
El tratamiento habitual se hace con minoxidil para el que se han optimizado los excipientes (nanosomas que conllevan menor eritema y descamación) y la formulación (efervescente con mayor penetración en el folículo piloso). También se emplean roller y laser fraccionado no ablativo que ocasionan microperforaciones que podrían estimular el crecimiento del pelo por un efecto mecánico sobre células madres existentes en el folículo piloso. Se ha desarrollado un test para predecir la respuesta al minoxidil (que suele ser del 40% en las mujeres) con una sensibilidad del 93% y una especificidad del 83%.
Otros fármacos que se utilizan con frecuencia son finasteride y dutasteride (inhibidores de la 5-alfa-reductasa). Deben tenerse en cuenta los potenciales efectos negativos sobre la función sexual masculina, así como el riesgo potencial de autolesiones y depresión que pueden llevar asociados estos fármacos. El tratamiento con plasma rico en plaquetas, si bien se asocia a resultados similares a otros tratamientos, se vincula a una alta satisfacción (mayor del 75%) de los pacientes al igual que el tratamiento con luz de baja potencia. Otros tratamientos con resultados más anecdóticos son toxina botulínica, solución de cafeína 0,2%, carboxiterapia y suplementos nutricionales. Las nuevas alternativas terapéuticas buscan, al menos, la misma eficacia que tienen las opciones tradicionales, pero con menores efectos adversos. Incluyen el minoxidil por vía oral (asociado a dosis bajas de espironolactona), los inhibidores de los receptores de prostaglandinas D2, agonistas tópicos de la vía de la WNT/B-catenina y células madres.
Cuando ocurre en la barba, puede ser difícil de tratar, aunque se le suele atribuir poca importancia. Sin embargo, el seguimiento del paciente es relevante porque hasta un 45% desarrollan alopecia areata del cuero cabelludo (en placas). Hasta un 64% de los pacientes con alopecia areata desarrollan distrofia de las uñas. El diagnóstico se basa en los hallazgos en la dermoscopia cuyos signos se asocian a la gravedad de la enfermedad al igual que los niveles bajos de vitamina D y de zinc. Se han descrito asociaciones entre alopecia areata e infección por Helicobacter pylori, así como con alteraciones de los niveles de las hormonas tiroideas que pueden requerir erradicación o normalización, respectivamente, para mejorar la evolución de la alopecia.
El tratamiento habitual es tópico con minoxidil o calcipotriol, entre otros. También se utilizan pulsos de corticoides (más del 50% del cuero cabelludo afectado), corticoides intralesionales (con alopecia en menos del 50% del cuero cabelludo), triancinolona, metotrexate, alitretinoina, sensibilización (en pacientes menos respondedores), inmunoterapia tópica, crioterapia (pocas placas), trasplante de microbiota fecal, fototerapia, simvastatina/ezetimibe (resultados no concluyentes), inhibidores de las JAK cinasas (recaídas frecuentes), minoxidil oral en efluvio telogénico crónico con mejoría significativa de la caída del pelo (preliminar).
Se diagnostica cada vez con más frecuencia, aunque no se conoce su etiopatogenia. Se asume que hay un desorden inmunológico que causa la enfermedad. Sus principales características se resumen en la tabla 1.
Se considera que tiene una base inmunológica. Suele asociarse a lupus eritematoso sistémico y a reducción del riesgo de desarrollar diabetes en las mujeres. Se utilizan corticosteroides tópicos, hidroxicloroquina, metotrexate, naltrexona como alternativas de tratamiento.
Conflictos de interés: el conferenciante declaró que no existían conflictos de interés relacionados con los contenidos de su ponencia
Redactado por: Silvia Paz Ruiz, MD
Revisado por: Victor Desmond Mandel, MD